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Vals de la Muerte

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Vals de la Muerte

I

En la oscuridad, entre los accesos al salón, se encontraba ella. Tan llena de vida y vigor que no pude dejar de observarla ni un instante. Solo ahí parada en el rincón, observando. Vi sus hermosos ojos, azules como el azabache, tan profundos y vastos como el universo mismo y mi soledad. Sus cabellos lacios y castaños, cayendo tan graciosa y delicadamente en sus hombros desnudos, que pareciera que cualquier cosa del exterior podría destruir la perfecta armonía entre ellos. Su boca, profunda, exquisita, tan roja como la mas pura sangre de una virgen, de la cual salían las palabras con la entonación y la dulzura mas maravillosa que he sido capaz de apreciar. Su vestido negro con encaje y perlas incrustadas contrastaba con su hermosa y delicada figura, blanca, cual ángel representado en el mas puro y fino mármol por el mas grandes de los escultores. Su cuello, adornado con una hermosa cruz de plata, tan fino y exquisito. La contemple durante mucho tiempo, pero ella seguía ahí, con la mirada fija en la oscuridad, en la noche... en la soledad de su alma.

Pero lo que mas me encantaba de este hermoso ángel sin alas, era su mirada. ¡Oh, hermosa y penetrante mirada! Pareciera que pudiera ver mas allá de las mismas entrañas de mis pecados y pesares, de mis angustias y problemas. ¡Bendita y angelical mirada que irradiaba al mismo tiempo dulzura y tristeza, melancolía y pasión, soledad y amor, luz y martirio! Tan profunda, tan hermosa, tan agradable la mirada de mi adorado ángel rodeado de sombras.

II

La sala de baile estaba llenándose de personas con ansias de diversión y entretenimiento. La música empezó a recorrer hasta el mas intimo rincón del recinto. Los bailarines dispuestos en el centro de la sala, las doncellas listas para el baile en cuestión, los caballeros listos a pedir una pieza a las damas, los sirvientes alejándose del centro con rapidez aprovechando el desalojo de las mesas para limpiar y servir vino y alimento a los hombres y mujeres que no deseaban participar en la danza. Mientras todo esto ocurría mi ángel vestido de negro continuaba ahí, entre las penumbras del rincón.

Yo seguía en la soledad y oscuridad de mi asiento, con una mesa dispuesta con abundante comida y el vino de la mejor calidad que en esos momentos se podía ofrecer. Meneando en mi mano mi copa bellamente decorada con incrustaciones de rubíes y zafiros y hecha totalmente de plata, con vino a la mitad de su capacidad, seguía observando a esta hermosa mujer que parecía ser desde ese momento dueña de mis ojos. Bebí lo que restaba de vino en mi copa y a la luz de las velas pude observar que mi ángel desviaba su mirada hacia mi.

¡No puedo describir ni siquiera la mitad de las sensaciones que recorrieron mi cuerpo en esos eternos y benditos momentos! ¡Sus ojos azules, su expresión, su dulzura y dolor compaginados en una sola mirada! Parecía estar evaluando mi persona, como si algo extraño pareciera percibir de un hombre vestido con pantalón oscuro, botas de cuero, camisa blanca, chaleco y saco de terciopelo y capa roja. Parecía haber algo intrigante para ella al ver aquel ser sentado a la luz de las velas alejado de la muchedumbre.

III

Su cuerpo se volvió totalmente hacia mi dirección. Cuando por fin pude razonar me percate de que estaba parada frente a mi. Pude percibir su fragante aroma y la intensidad de su mirada. Me dispuse a ofrecerle asiento mientras me levantaba de mi lugar para hacer una pequeña y humilde reverencia.

- Muy buena noche mi hermosa dama.- Fueron mis palabras. –Concédame el honor de permanecer unos instantes con tan angelical figura.-

Tardo algunos segundos en responder. Su mirada seguía fija en mis ojos o tal vez en mi rostro cuando al fin proclamo:

- Muy buena noche misterioso caballero. El honor será  mío si usted me regala parte de su preciado tiempo y accede a la conversación-

-Con mucho gusto dama mía, permítame ofrecerle un poco de vino-

El silencio se volvió abrumador, no escuchaba ni la música ni a las personas que nos rodeaban. El único ruido perceptible eran la respiración y el palpitar del corazón de ese hermoso ser de incalculable belleza y el choque del vino en las orillas de las copas. Podría jurar que se escuchaba como se consumía la vela frente a nosotros.

-No creo que este usted entre los invitados a este banquete mi hombre misterioso, puesto que todos los invitados son familiares y amigos cercanos a los cuales conozco integra y totalmente y a usted, si mi memoria no me falla, jamás lo había visto.-

-Así es hermosa dama, esta usted en lo cierto, no fui invitado. Pero para ser sincero no recuerdo reunión alguna en la cual la festejada se aleje de las festividades.-

Después de estas palabras pareció sorprendida de que un total desconocido supiera quien era, de que ella era la razón por la que todas esas personas estaban ahí reunidas, y ella simplemente se hacia a un lado de la multitud. Tomando un poco de vino y sirviendo un poco en ambas copas continué con la conversación:

-Disculpe mi atrevimiento, el haber entrado en su fiesta sin su consentimiento y peor aun, conversar con usted y no presentarme. Lamento mucho el no poder decirle mi nombre, puesto que es algo que no deseo recordar, pretendo dejarlo en el pasado. Pero si de alguna manera se me a de llamar, mi bella dama, dígame M.-

Su rostro mostró una mueca graciosa pero de sincera curiosidad e inocencia, al no revelar mi verdadera identidad. Si este hermoso ángel se enterara en esos momentos de quien era su interlocutor hubiera salido huyendo de la estancia.

-¿M? Eso no dice mucho de su persona.-

-Al contrario, dice mas de lo que mi verdadero nombre podría decir.-

La expectación se hacia notar en su rostro mientras formulaba las siguientes palabras que habría de pronunciar. El baile en el centro de la sala proseguía su curso. Los músicos ahora daban lo mejor de si. Logre escuchar algunas de las hermosas notas que arrancaban de los instrumentos. El violinista realmente ameritaba ser ovacionado.

- Bueno, si usted no se presenta como es lo adecuado, yo si lo haré, puesto que he sido bien educada. Mi nombre es...-

-Se cual es su nombre, y el de todos en esta sala. No  hay una sola persona dentro de esta sala que me sea desconocida, mi hermosa Yaneth.-

De nuevo el silencio se apodero de la habitación, un silencio inmortal, casi inhumano. Parecía que los músicos no pudieran arrancar mas notas de sus bellos instrumentos. Las personas que estaban en sus mesas conversando, incluso las personas que estaban en el centro de la sala bailando, no producían el menor ruido aparentemente. Estábamos ante una habitación totalmente muda, en la que los pecados y los errores del pasado no podían entrar, puesto que las bocas que se movían y que aparentemente se comunicaban entre ellas, no emitían el menor sonido audible a nuestros oídos. De nuevo solo podía escuchar como se consumía la vela frente a nosotros.

Vi el interés y la curiosidad a través de sus ojos, ardiendo como las llamas mas grandes e inextinguibles del mismo infierno.

-¿Trata de decirme, que si señalara a cualquiera dentro de esta habitación, podría decirme quien es?- Dijo en tono casi sarcástico.

-En efecto.- Conteste – Incluso puedo decirle cuando y donde nació cada uno de ellos, que ha sido de sus vidas, que designios les tienen preparados la suerte y el azar, las estrellas y el destino a cada mortal en esta sala... Eso y mucho mas.

-Es mucho mas interesante de lo que podría esperar, señor M. Pero, si realmente conoce tan bien a todos en este recinto, entonces dígame ¿Qué ve en mi, en Yaneth, la de ojos azules y vestido negro?

-Veo a una jovencita que debería atender mejor a sus invitados, me parece una falta de respeto y cortesía desatenderlos por hablar con un total desconocido.- Esa fue mi respuesta. Todo dicho en un tono un tanto burlesco, pues trataba de divertirme a costa de mi anfitriona.

Como era de esperarse esta respuesta no le agrado del todo a mi joven compañera, pues se notaba el descontento en sus ojos. Obviamente no esperaba una respuesta como esa de parte mía.

-¿Por qué juega conmigo señor M? Sabe perfectamente a lo que me refiero. Quiero comprobar lo que dice. Quiero saber si realmente puede decirme lo que ve mas allá de la carne, del cuerpo. Comprobar si realmente puede ver el pasado, el presente y el interior de la persona que tiene enfrente.

Esas palabras las estuve esperando desde el momento en que cruzamos miradas por  primera vez, mientras mi interlocutora aun permanecía en las tinieblas del pasillo. Ella examinaba mi rostro con su mirada, esperando alguna muestra de negación o cualquier clase de excusa. Le sonreí dulcemente, la tome de la mano y levantándome de mi lugar dije:

-Con mucho gusto contestare su pregunta. Tratare de disipar en usted toda duda e incredulidad, pero antes de eso, amiga mía, me encantaría que me concediera el honor de bailar la siguiente pieza con usted. Pero déjeme advertirle que no será un baile cualquiera, yo mismo lo escribí, entregare ahora mismo a los músicos las partituras.

Sin decir una sola palabra y con un gesto gentil y un tanto infantil accedió a la propuesta, note el rubor en sus mejillas. Bese su mano y me dispuse a entregarle las partituras a los músicos que accedieron a tocar lo que les mostré después de proporcionarle unas cuantas monedas. Regresando frente a la hermosa Yaneth hice una pequeña reverencia y tomándola del brazo la lleve al centro del salón.

La noche estaba bellamente oscura, casi llegaba a su punto cumbre, a medianoche. Las estrellas parecían fuegos fatuos descendiendo del cielo, completando la atmósfera lúgubre y casi maldita de la oscuridad fuera del salón.

IV

Al ver los músicos que estábamos en el centro de la habitación, comenzaron a tocar la lúgubre melodía, un vals repleto de una atmósfera oscura, tétrica, triste, como si las almas de los músicos se perdieran en el mas profundo abismo del infierno, del cual solo nos llegaban ahora sus lamentos en forma de la terrorífica melodía.

Extrañamente para la joven, nadie parecía prestar atención a el hecho de que la música era extraña, casi aterradora.

-Quiero que me diga ahora lo que ve, no puedo esperar a que la pieza acabe.- Al decir esto pude notar por sus ojos, que el terror comenzaba a apoderarse de ella gracias a la oscura sinfonía.

-Bien.- Le dije – Le diré lo que veo.- La rodee con mi brazo izquierdo y sosteniendo su hermosa y delicada mano con la mano derecha y la danza empezó.

-Veo a una joven hermosa, bella en todos los aspectos, física y espiritualmente. Tus ojos son tan profundos como las calderas del mismo infierno, tan vastos como el infinito mismo, tan llenos de cariño y amor como los de la mas amorosa madre, pero al mismo tiempo tristes y reflexivos como los ojos de una persona que a perdido todo deseo de vivir.

La música nos consumía lenta y profundamente. Los acordes deprimentes y la desorbitante oscuridad que ahora nos envolvía no permitía reconocer el lugar donde nos encontrábamos, no estábamos mas en el salón donde comenzamos a bailar. Estábamos en un mundo oscuro, donde las pesadillas mas horribles se vuelven realidad, donde el terror y la soledad reinan, la angustia y el dolor van en aumento y las rosas negras envenenan el alma hasta perderla en las entrañas de la misma oscuridad.

-Veo un ser hermoso que irradia luz en medio de las tinieblas, un ser capaz de hacer sentir especial hasta al ser mas despreciable y horrendo de la creación, un ser que a pesar de poder dar felicidad a todo y a todos cuanto la rodea, no puede conciliar su propio dolor. Huyes de la luz que tu misma diseminas, te alejas de todo aquello que pueda regalarte un poco de dicha o felicidad. Aceptas a las tinieblas, a la oscuridad. Mantienes cercas a los demonios de la soledad, la angustia y el dolor. Tu misma acabas de sellar tu destino, elegiste la oscuridad cuando se te brindo muchas veces luz.

Sus ojos se dilataron, su rostro mostró toda la angustia y el miedo que padecía en esos momentos. Lagrimas de sangre recorrieron sus mejillas y mancharon su hermoso vestido negro. Aferrándose con demasiada fuerza a mi, me pregunto de manera apenas audible, tragándose sus llantos y lamentos:

-¿Cómo es que sabe todo eso? ¿Cómo se ha metido dentro de mi ser y mis pensamientos de esa manera? ¿Cómo a sido capaz de ver lo desgraciada e infeliz que soy siendo que nadie lo ha notado? ¡Por el amor de Dios...! ¿Quién es usted?

La pieza de vals era ahora una sola  con la oscuridad, gradualmente el volumen aumentaba, el sonido de los violines y demás instrumentos parecían ahora con mas precisión, los lamentos de miles de almas consumidas en las llamas del infierno. Lo mas cercano que un ser vivo puede estar de la muerte sin ser aun tocado por la misma y sumergirse en lo mas profundo del abismo del martirio y sufrimiento absoluto.

La melodía nos envolvía totalmente ahora, los demonios de la noche danzaban alrededor nuestro mientras la joven y yo nos debatíamos en una lucha por su alma. ¡Miedo y mas miedo! Eso fue lo que vi a través de esos ojos que tanto me obsesionaron desde el primer momento en que los vi. Los gritos, el llanto, el dolor, la angustia, todo se volvía uno con la atmósfera de degradación y muerte que nos rodeaba.

-Le dije, joven dama, que conocía todo sobre cualquier persona en esta habitación y dudó de mi palabra. Lo único que hago ahora es comprobarle que lo que salió de mi boca es simple y llanamente la verdad.

-Dígame por favor, por lo que mas quiera. ¿Quién es usted?

-Señorita, temo decirle que el revelarle mi identidad solo le traerá angustia y terror.  ¡M es por lo mortal que puede ser una noche sin luna y tapizada de estrellas incandescentes, por esa noche que barre toda felicidad otorgada al alma y al corazón y coloca en el interior desolación y llanto! ¡M por la maldición de todos los demonios nocturnos que acechan en la rivera nocturna, en los rincones de los castillos y en los callejones solitarios aguardando por victimas! ¡M por la maldad que duerme en el corazón de todos los hombres esperando la oportunidad de salir y destruir vidas! ¡M por lo que realmente soy, portador de la desgracia y la miseria! ¡Tan eterno como el universo mismo y tan joven como lo es el hombre en comparación! Yo, señorita, mi tierna y dulce Yaneth, soy el cuervo que arranca el alma de los seres vivos, SOY LA MUERTE y en estos momentos se encuentra bailando el ritual que separa al alma del cuerpo, el principio del fin de la vida y el inicio de la eternidad, el VALS DE LA MUERTE...

V

En la mañana siguiente, en los diarios matutinos se comentaba la tragedia que ocurrió durante un baile en el cual se festejaba el decimoquinto aniversario de una jovencita muy querida en esa localidad: Yaneth.

Por lo  que se comentaba en el diario se podía entender que el extraño hecho no a tenido aun, una explicación clara y que deje conformes a sus familiares.

Todos los presentes concuerdan con el hecho de que la joven paso gran parte del tiempo en un rincón, en medio de la oscuridad. Después de esto se sentó en una mesa desocupada. Algunos aseguran haberla escuchado conversar pero es algo que no esta del todo claro. Después de un tiempo se levanto y se dirigió al centro de la habitación, donde se encontraban las personas que bailaban. Hizo algunos ademanes y comenzó a bailar y a hablar sola. Después de esto se escucho un grito espantoso, ensordecedor. Los que lograron escuchar claramente lo que decía concuerdan en que esto es lo que la joven grito: ¡NO ME LLEVES, NO QUIERO ARROJAR MI ALMA EN LAS ENTRAÑAS DEL INFIERNO Y CONSUMIRME AHÍ EN ETERNO DOLOR! Su cara mostraba claramente una expresión de indecible terror.

Conforme avanzaron las investigaciones y los interrogatorios salían al aire mas dudas. Se interrogo incluso a los músicos y a los mayordomos que aseguran no haber visto nada anormal ese día salvo el comportamiento de la señorita Yaneth.

Solo un par de testigos que se encontraba afuera de la habitación conversando a la luz de las estrellas, dijeron haber visto a un hombre vestido casi en su totalidad de negro, salir del salón justo en el momento en que el disturbio ocurrió. Unos instantes después Yaneth caía al suelo muerta.
Un intento de cuento de horror, espero sea de su agrado, pensaba ademas sobre el hecho de que la mayoria de los que utilizan deviantart utilizan o se familiarizan mas con el ingles, por lo cual si les gustaria que hiciera una traduccion de estos relatos, lo hare con mucho gusto
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