Luz y Sombra

Luz y Sombra (Noche Eterna)

I

Despierto después de un largo sueño y siento la necesidad de verte una vez mas. Camino por el cementerio y me dirijo a tu morada.

Noche tras noche, con luna o sin ella, he venido a visitarte. Las estrellas me guían hacia ti, hacia tus labios, a tu cuello...

No hay noche en la que no te tenga dentro de mis pensamientos, tu angelical sonrisa cautivo mi impuro corazón. Tus labios color carmesí y tus preciosos ojos color miel han penetrado profundamente en la parte de mi ser donde debería estar mi alma. Tu cabellera negra y lacia, cual catarata de hermosas aguas que caen, justo en tus delicados y hermosos hombros, pálidos, blancos como el mas puro mármol. No puedo evitar el visitarte por las noches, me has cautivado totalmente, mi ser entero se estremece con tan solo recordarte.

La noche, con sus estrellas en el oscuro firmamento, señales de luz que iluminan el sendero del cosmos y el infinito, es demencialmente hermosa. ¡Quiero que estés a mi lado y disfrutemos juntos de ella!

Llegando a tu hogar veo la ventana de tu habitación abierta. ¿Es que acaso esperas mi visita cada noche? Me deslizo lenta y sigilosamente hacia ella, al observar a través de tu ventana puedo visualizarte. ¡ No hay criatura antigua, contemporánea o futura que se compare con la hermosura de tu ser, hermosa criatura que a la luz de la luna aumenta gradualmente su belleza! Te veo recostada en tu cama, vestida tan solo con tus ropas de descanso y cubierta tan solo por las sabanas que solo aumentan la sensualidad y cautivante armonía de tu ser con el entorno de endiablada hermosura y pasión que le rodean.

Me acerco lenta y nerviosamente a tu lado, llevado por la tentación y el deseo de unirme en un solo ser contigo. Deslizo mis manos por las sabanas y las alejo cautelosamente. Es en ese momento cuando despiertas y miras al espejo que tienes al lado de tu lugar de reposo. ¿Qué esperas encontrar a través de las imágenes que ese vidrio te muestra? No encontraras nada, solo la oscuridad de tu habitación, las trémulas y fugases luces de las pocas velas que están en tu habitación, ya apunto de consumirse totalmente, la ansiedad de saber que no te encuentras sola.

Te percatas de mi presencia y descubres quien soy, tu cuerpo me rechaza pero tus ojos... ¡Esos hermosos y deslumbrantes destellos de pureza y angelical ternura me dicen que me quieres a tu lado!

Sostengo tus manos y de repente tengo una extraña sensación en mi ser. ¿Qué es lo que tan fuerte y firmemente sostienen tus lindas y hermosas manos, delicadas y suaves como la seda?¿Qué significa esta cruz que sostienes? ¿Acaso pretendes que algo en lo que no crees con todo tu ser me aleje de ti? Yo alguna vez porte una cruz, una cruz de una creencia que hipócritamente practicaba... Y mírame ahora! Si no hubiera renunciado a ella, no estaría en esta diabólica y sublime noche contigo.

Vamos, deja esa cruz de lado, no quiero lastimarte. Solo quiero disfrutar de la noche, de la locura, de la pasión, de la muerte, de la eternidad, de la sangre... de ti.

Eres como yo y lo sabes, es por eso que vistes de negro, es por eso que amas las noches eternas con o sin la compañía de la majestuosa y sublime luna, es por eso que odias la luz, la luz que solo deja al descubierto un mundo imperfecto, lleno de sinsabores, desolación, miseria, tristeza y destrucción, es por eso que te refugias en la oscuridad, es por eso que te alejas de tus antiguas creencias... es por eso que me permites estar junto a ti.

¡Luz entre las tinieblas, fugaz y angelical fuente de luz que ilumina mis tristes y desconsoladas noches! ¡Maravilla de la creación de aquel ser supremo al que negué, y por el cual viajo eternamente en la oscuridad y soledad de la noche! ¡ Permíteme fundirme contigo en el fuego del deseo y la pasión! ¡Déjame besarte, acariciarte, acercarme un poco mas a tu delicioso y sensible cuello! No temas, no te haré daño, solo quiero un poco de tu sangre, un poco de ti, un poco de ese hermoso y angelical ser al cual amo con toda mi pasión.

Ahora es tu turno, siente mi respiración, mi cuerpo, la respiración de un cuerpo sin vida, un cuerpo eternamente maldito, prueba la sangre de un ser que tiene la marca del pecado original en su cuerpo y en su liquido vital. Disfrútala, siéntela, derrámala sobre tus hermosos y delicados labios, pruébala con esos dientes tan preciosos, blancos como la mas hermosa perla jamás encontrada. Siente el fluir de mi sangre, a la vez que yo tomo la tuya.

¡Por que la sangre es vida y la vida es eterna! ¡Demos rienda suelta a nuestros deseos mas salvajes y pasionales en esta noche plutónica, sin censurar los sentimientos y pensamientos... Esta noche es nuestra!

¡Tuyos serán el poder de controlar las ratas, los lobos y los murciélagos! ¡Tuyos serán el poder de controlar la temperatura corporal y de viajar en formas que no sean tu forma original! ¡Tuya será la vida eterna! ¡Tuyas serán esta y todas las noches! ¡Tuyo seré por toda la eternidad!

II

Todo a cambiado desde ese ultimo encuentro, te alejaste totalmente de la luz, no soportas el día, odias las referencias y figuras religiosas... sobre todo la cruz. Las cortinas negras de tu habitación siempre están cerradas, tus ropajes son aun mas oscuros que los de antes, te alejaste de tu familia, de tus amigos... de tu propio ser.

Vuelvo a visitarte y te veo ahí, al pie de tu ventana, esperando mi visita. Al entrar te abalanzas sobre mi, clavando tus blancos colmillos en mi cuello... ¿Dónde esta ahora esa hermosa sonrisa angelical que tanto amaba? ¿Dónde están ahora esa calidez y tierna expresión que mostraba tu rostro antes de esa infernal noche en la que dimos rienda suelta a nuestros impulsos mas primitivos? ¿Dónde quedo ese ser, el mas puro, sublime, ajeno a todo pecado, al cual yo amaba con tanta locura y pasión?

¡Por Dios...! ¡Por ese Dios que me condeno a la oscuridad y vida eterna! ¡Por aquel que gobierna en el cielo y mando a Samael y a los ángeles rebeldes al mas profundo circulo del infierno! ¡Por Dios...!  ¡ ¡ ¡¿¿¿Que he hecho???!!!

¡He arrastrado al único rayo de luz, en esta fría y persistente oscuridad, a las sombras! ¡ La envolví en la oscuridad maldita de las noches eternas, sellando el trato con su sangre y la mía!

¡Maldita sea mi estirpe! ¡Maldita sea mi familia y raza! ¡Maldito mi clan! ¡Maldito sea mi ser y mi necesidad de amar y de servirme de la sangre de los demás!
La luz mas hermosa, encantadora, sublime, maravillosa y angelical, ahora forma parte de nosotros, de los seres de la noche y la oscuridad, seres de las tinieblas, seres ajenos al cielo y al infierno, seres ajenos a la muerte, a la vida... al amor.

El remordimiento y el dolor no se aleja de mi cabeza y de mi corazón que late gracias a otros, a pesar de la eternidad transcurrida desde entonces, no puedo perdonarme lo que te hice, te convertí en uno de nosotros sin pensarlo, sin pensar en ti. Solo pensaba egoístamente en tenerte a mi lado, en que estuvieras conmigo, que compartiéramos alegrías, tristeza y demás emociones... la sangre... por toda la eternidad.

Abro los ojos, y por un instante me olvido de todo esto, volteo hacia el firmamento y observo a la gran y majestuosa luna. Observo las estrellas, las constelaciones que forman y me maravillo con su presencia. Miro hacia el patio de la casa en la que estamos desde el tejado en el cual descansamos y observo a nuestras ultimas victimas tiradas en el piso, inertes, sin vida, sin una sola gota de sangre. El olor de las rosas negras, tu esencia, me despierta de mis pensamientos, siento tu peso en mi hombro, siento tus colmillos abriéndose paso a través de mi cuello, y hoy, al igual que desde aquella noche inmortal, puedo disfrutar de la noche, de la locura, de la pasión, de la muerte, de la eternidad, de la sangre... de ti.

VAMPIRO ERES...! VAMPIRO SOY...! VAMPIROS SOMOS...!